Por Andrés Pascual
Lo primero que me extrañó cuando me informaron de los acontecimientos en el Bucky Dent por las declaraciones de Antonio Muñoz sobre su estúpida e incomprensible devoción por el fenómeno que lo marginó de la clase media y del gran beisbol, que le impidió ser una leyenda, una gloria legítima de su patria, un hombre libre capaz de vivir holgadamente, a pesar de que ni aquí ni en Cuba nombró a Fidel, ni a Raúl, ni al comunismo, fue la ausencia de VIGILIA MAMBISA “piqueteando”.
Y se lo atribuí a cierto grado de temor, porque el público de estos juegos es de hombres nuevos, groseros, que “se fajan” como si estuvieran en Atarés o en San Isidro y la gente de Saavedra, por lo general, son mayores y están “en la acera del frente”, protegidos por barreras de la policía o en lugares donde la bronca tumultuaria es imposible, salvo alguna escaramuza sin consecuencias, que no hubiera podido ser de esa forma en Hialeah Gardens el domingo (foto Abreu, Tiant y Puig el año pasado), porque no existían elementos de juicio para proyectar problemas, entonces el “salvador refuerzo policial”, necesario para evitar “ríos de sangre”, brilló por su ausencia salvo lo común.
Estos juegos se producen anualmente en los terrenos de FIU y en el Bucky Dent y los juegan peloteros que viven aquí, la mayoría veteranos del beisbol profesional americano, pero procedentes de las series nacionales castristas. Luego no era cuestionable en ningún momento, ni política ni administrativamente su celebración, una vez que no participarían ni como fanáticos miembros de la 5ta columna “intercambios”.
Antonio Muñoz vino a Miami por invitación de una amistad, no lo mandó la tiranía, verdad que dijo lo que a todo patriota le molestó, pero no es intercambiado, me parece que tampoco vino en fase de provocador, porque no fue a buscar a “la prensa”; por cierto, castrista, como Radio Martí, América Tevé o el Herald, capaces de alimentar la crítica contra “la mafia de Miami” que se va a encargar de hacer la tiranía mediática y de mantener dividido al exilio por la reiteración televisiva. Esto parece un “ponte de acuerdo...” entre el jefe en La Habana y sus soldados en la ciudad, para crearle un virtual estado de opinión negativa a un individuo y utilizarlo a favor que, al modo mío de verlo, NO LO MERECE..
El ex primera base terminó pagando los platos rotos de la política castro-obamista contra el patriota del exilio con la ayuda de “sus medios”. Haría falta que alguien le explicara cosas al Gigante del Escambray...
El derecho a preguntar lo que se quiera, premisa de la libertad de expresión que bajo ningún concepto puede verse como provocacion, desencadenó el careo, para mi lamentable, que el ex pelotero asumió sin la hipocresía rutinaria.
Por lo que no se puede comparar la visita de Tony Ávila ni de Descemer Bueno con la del ex-jugador, porque el villareño no arrastra ninguna acusación de nadie que lo haya visto golpeando a las Damas de Blanco o en algún mitín de repudio. Si no se hubiera producido la confrontación del hijo de Condado nadie pudiera estar solicitando o exigiendo cuentas sobre quién autorizó ni por qué un juego que lo desarrollan desde hace 6 años y nadie lo ha protestado ni puede.
Ninguna razón prevalecerá si se exige algo contra quién lo autorizó para acusarlo políticamente, quien haya sido, actuó según lo estipulado; porque, repito, la sección patriótica de Miami no estaba advertida de que venía un elemento de alto voltaje al Bucky Dent ni a cantar ni a jugar pelota incluso; sino una figura muy conocida por el público que tiene aquí, que no fue un elemento para la confrontación previa ni preparada, sin historia ni trastienda de agresor a nadie en Cuba, pero capaz de decir, tal vez por un arranque de guajiro imbécil, lo que miles han callado desde hace más de 30 años.
Por estas razones ni la tan vigilante Vigila de Saavedra estuvo allí, sencillamente, no existían razones para una protesta.
Voy a terminar el caso Muñoz con dos opiniones: a mediados de 1980, el slugger zurdo estaba metiéndole un jonrón a un japonés que decretaba la victoria 1-0 del equipo castrista; posiblemente a la misma hora las turbas estaban asesinando al pueblo que se iba por el Puente del Mariel incluso a familiares que no se iban dentro de sus casas; Vladimiro Roca mataba negros buenos en Angola o Etiopía; Fariñas se graduaba con Díaz Canel para iniciar su carrera de sicológo represor del MININT, también matando negros buenos en Africa; Espinosa Chepe..bueno, tampoco se sabe qué gritaban ni dónde, a esa hora, ni Martha Beatriz Roque ni Cuesta Morúa ni Manzano ni Biscet en la Universidad o el preuniversitario... y Yoani no tenía edad para el primer arreglo o maquillaje.
Cuando inició su vida opositora exigiendo internet para el pueblo, COCO declaró que se viró porque “asesinaron a Ochoa” ¿Castro asesinó o ejecutó a otro criminal como él? lo segundo, si no fusilan a Ochoa ¿Nico-P estaría escribiendo loas al mártir-héroe-huelguero como la solución a los problemas de Cuba desde una oposición de juguete en el Herald?
Con esto a mano, el que quiera que mate a Muñoz; pero que no intente contra la responsabilidad por ese juego, que es completamente legal.
Mejor deberían contribuir a organizar, con conocedores responsables del asunto, a una reunión del recuerdo anualmente con lo que queda de nuestro beisbol profesional y amateur “de antes”, impedir que se pierda esa historia sagrada y legítima, porque da la impresiónn de que, la tiranía por allá y muchos exiliados por acá, confluyen en desaparecer esa parte importante de nuestra identidad cultural sin publicitarla ni enriquecerla, como contrapartida a esos juegos “del recuerdo” novísimo; aunque sé que "soñar" con algo semejante es un error, ya que a algunos de "nuestros patriotas de punch" o no les gusta el juego, o evitan ponerse con billetes, o tienen que reservar las energías por si acaso alguien invita a Papo Liaño y a este se le ocurre decir que “Castro lo enseñó a leer” personalmente...
Hoy todos conocen a Muñoz como "un perro castrista" por la controversia política, pero ¿Sabrán esos críticos que en Miami vive un individuo llamado José Arcia, otro Jackie Hernández, Lorencito Fdez, Luis Boullón, Musulungo Gutiérrez, Choly Naranjo, Paul Casanova, Mike de la Hoz, Haitiano Gzlez, Evelio Hernández, Ramón Villar, Camilo Pascual, Mario González y 100 más que no dijeron nunca que eran revolucionarios, que pertenecen al glorioso panteón del deporte profesional cubano libre y ni por compromiso patriótico intentan festejarlos como merecen? A los TITANES DEL DIARISMO CUBANO DEL BUEN TIEMPO IDO que quedan como Jorge Figueredo, Gonzalo López Silvero, Pepín Navarro o César Temes ¿Cuándo se producirá el agradecimiento que se les debe por su contribución al legado histórico de la tradición cubana? Vamos, si no hay valor para confrontar a la tiranía solucionando errores casi históricos, que quizás ni entiendan ni les guste hacerlo, si no se proteje a la gloria exiliada con el reconocimiento que merece ¿Cuál es el bochinche?
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