Por Andrés Pascual
Leí que una tienda de Miami (foto) vende uniformes “para Cuba”, es decir, para que algunos niños, quizás menos del 30 %, vayan “bonitos y presentables” de acuerdo a normas y regulaciones que ya no han de existir allá.
¿Es de aplausos semejante actitud comercial? No, es aprovechada, maliciosa por oportunista, primero, porque es un alivio para quien tiene que garantizar el 100 % del aseguramiento: libretas, ropa, lápices, pupitres, maestros (que no hay porque los mandan de mercenarios ideológicos a países del continente, entonces le otorgan similares de TPS a los del interior como “braceros temporales” del yeso y la pizarra en la capital), pero, preferentemente, porque, en ningún lado, hablan de la leche para desayunar, de la merienda ni de la comida para ambas sesiones... lo último que señalé ¿También lo están planificando desde aquí?
Segundo, por cada problema que se le resuelva a esos bandoleros en el poder, se está contribuyendo a crear otra división procastrista, que, como sucede, serán un enemigo menos y un pionero, cederista, miliciano, federada, militante o chivato más, cuando menos apáticos o desentendidos.
Si hay cosas que parten el corazón en mil pedazos con respecto a Cuba, sean niños o ancianos, más valiera que fueran al cardiólogo antes de contribuir con quien ha tenido, como único “entretenimiento”, robar, matar, arrasar y dividir hasta colocar en estado de total indefención a la patria, porque, quienes se apoderaron de todo y prometieron el paraíso, están viviendo de la “comunidá cubana en el exterior”, como los bautizó el sátrapa en 1979 y la pregunta sostenida tiene que ser ¿A quién le están dejando la libertad de Cuba? ¿Acaso forma parte de un paquete que lleva un familiar, que lo envía desde aquí o de la compra de un lugar en un bote de la tiranía y el traficante? ¿El pueblo de Cuba realmente perdió la capacidad heroica y no tiene en agenda “sacudirse el polvo nocivo” de más de medio siglo?
Si esa población llegó a ese extremo, mejor fuera que se hundiera la Isla como solución a la maldad traidora, heredada por profanos de generaciones de vividores y oportunistas, que deberían crearle un mejor destino a su trascendencia que recibir del mundo el calificativo de “inservibles”, como no sea para actividades viciosas y de bajas pasiónes.
Por lo que hacen y cómo, las tiendas a cargo de estas ventas raras y sospechosas o son de la tiranía, o de usureros sin principios ni moral a quienes no les importa en absoluto resolver la tragedia cubana a favor de un pueblo que, en realidad, hace muy poco por sí mismo; sino que necesitan cantidades superiores de clients, “políticamente humanoides”, para comprar un Mercedes en junio y pagarle a los hijos el colegio particular en Miami, yo pregunto ¿Están vendiendo pañoletas también?
Steve Sotloff, el reportero judío-americano de Miami decapitado por ISIS, fue vendido a este grupo terrorista por “rebeldes moderados”, según el vocero que informó, la culpabilidad de Obama en el asunto es absoluta. El precio de la cabeza del mártir osciló entre 25-50 mil.
Obama tiene un plan, el miércoles informará desde la Choza cómo piensa enfrentar a ISIS (cuando lea esta edición de Nuevo Acción ya lo conocerá), que está dentro del país y con la puerta del fondo abierta (frontera con México); viéndolo bien, no es necesario el dicursito del califa para saber qué “se trae entre manos”, a fin de cuentas, “otra muela” contradictoria del tipango, otra “obamada”.
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