lunes, 14 de abril de 2014
LA ÚLTIMA CASTRO-OBAMISTA PARA JUSTIFICAR LOS INTERCAMBIOS
Por Andrés Pascual
Nadie tiene que pedir permiso para ejecutar una decisión soberana; sin embargo, Annia Linares decidió compartir en Facebook que fue invitada desde La Habana a actuar allá, donde, según ella, “mantiene un público que la quiere y se compran sus discos...”
Claro, la hija de Rafael actuó con picardía, decidió decirlo antes que la bola corriera y comenzaran las acusaciones en su contra y las ofensas de todo tipo, por lo que no “pidió permiso”, sino puso el vendaje antes de que saliera el grano”.
No es suficiente decir lo que tal vez algunos consideren un arranque de valor y yo el desplome emocional, inaguantable, que ataca y no puede sobreponerse al que no es exiliado, nunca luchó contra Castro y no sufrió en carne propia la bestialidad del régimen.
A Annia Linares la invitó la tiranía (aunque sugiere que fueron amigos bien intencionados políticamente), porque la consideran débil para sostener un peso moral que necesita más fortaleza, mucho más que la que algunos creen tener; es decir, no solo ella, la tiranía sabe que muchísimos “emigrados” le responderán bajo la justificación de “regresa, tu pueblo te reclama” porque no pueden con la nostalgia, real en estos casos.
Hace 20 años, Castro invitó personalmente a casi todos los peloteros profesionales retirados de la Federación en el Exilio, algunos verdaderos exiliados como Taylor, Haitiano, Camilo... otros, emigrados económicos de la primera década, que hay que establecer diferencias y decir que, entre muchos de aquellos, los hubo “apolíticos”, aunque usaran oportunistamente el lenguaje anticastrista, porque los tiempos no eran iguales, como Oliva, Tiant, Borrego Alvarez, René Friol...
El tirano les envió una carta a cada uno con su rúbrica cochina, yo vi un par y las leí. Quería desprestigiar al grupo celebrando un juego HABANA-ALMENDARES en el Cerro, pero, como no alcanzó sino a dos posiciones del infield y 3 pitchers, pues abandonó por forfeit.
Annia Linares, a quien no juzgo porque no pueda vivir sin ver a Cuba, que la conocí desde que jugaba centro 15-16 para la Rubén Mtnez Villena de baloncesto a finales de los 60's, que simpaticé y simpatizo con ella como cantante a pesar de TE RECUERDO AMANDA, debería entender que, a estas alturas, no hace falta justificarse, es una moda y ella no es lo peor que llegó, pero, una cosa por otra, las visitas de cantantes que vivan aquí a actuar en La Habana, invitados por quien sea (tiranía detrás), le dan la posibilidad a la Administración Obama, por intermedio de esbirros como Joe García, Mas Santos, los Estefan... de justificar como válidos por productivos los intercambios, que, todo el mundo sabe, además de provocar, son un lleva y trae de información sobre el exilio y la comunidad, un termómetro que les va midiendo cuánto de terreno ganado tienen cada semestre. Eso es lo que Annia o cualquier otro artista, que no defiendan a la dictadura, deben tener en cuenta si viajan al cubil.
Lo otro, inevitable que lo diga: el grupo que encabeza al exilio, que puede ser capaz de elevar las acciones o hacerlas caer en picada por radio y hasta por televisión de artistas venidos de Cuba durante los últimos 25 años, que muchos no son comunistas ni tuvieron la culpa de ser niños en 1960 o 1970, más la parte popular intransigente que va quedando, que no es mucha comparada con la “comunidá”, debería abrirle espacios positivos, de captación y difusión, a artistas como Annia, incluso a muchas estrellas del ayer republicano que tampoco tratan como se debe, a ver si se puede aplacar la nostalgia de todo artista por el aplauso de su público natural, como la de estos huérfanos en Miami, abandonados de ambas tendencias políticas y criticados hasta por el gato; porque acusar, denunciar, hacer leña a alguien lo hago yo a diario y créanme, es lo más fácil.
Yo no autorizo a Annia, que haga lo que crea, pero no voy a hacerla tierra, no me da la gana, conmigo, sin problemas.
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