Raúl dijo en Costa Rica
que algunas compañias interesadas en la inversión en Cuba tienen
objetivo “ingerencista”, por lo que no sería raro que
desempolvaran a la incompetente, vieja y cansada C.I.A, ajeno al
caso Gross, en cualquier momento.
Supongo que muy pocos en
la Isla hayan entendido esa “definición política trillada”
como se debe leer: “lo que creías no va...”: ni comida ni ropa
ni autos ni todo lo que entendieron al revés porque les dio la gana,
que la experiencia aplasta.
Teniendo en cuenta que en
esta nueva habladuria de relaciones LA TIRANÍA NO SE HA REFERIDO A
BENEFICIO POPULAR; al mínimo recurso para resolver los problemas que
no están dispuestos a modificar, porque ellos mismos los han creado,
con el objetivo de “subsistir” imponiendo las escaceses como
prioridad de aplicación popular ¿Qué queda? ESO Y LAS TROPAS, como
dicen allá.
Ni para reclamar “daños
y perjuicios”, durante 53 años de imposición del débil embargo
que Kennedy firmó a regañadientes, mencionan “problemas causados
al pueblo”. EL CONTENIDO ES “MATERIAL DE ESTUDIO A NIVEL DE
COMITÉ DE BASE O DE NÚCLEO” para los militantes, los
simpatizantes y los oportunistas de la “comunidá”, que lo
utilizan como “ablandador de corazones”.
Durante la larga y fatal
existencia de la tiranía castro-comunista, la exigencia a EU para
que levante las sanciones ha sido un arma política antiamericana,
por lo que es rutina conocer cómo, en las votaciones de la ONU,
ha crecido el número de países que apoyan al castrismo, igualmente
los que aprueban que le quiten la categoría de país que apoya al
terrorismo, que debía ser por “país terrorista”, sobre todo
contra su población.
Clinton creyó que, el
criminal derribo de la avionetas de Hermanos al Rescate, lo había
ordenado el propio Castro para interrumpir las conversaciones de
acercamiento que desarrollaba con la horda; su sufrida y cornuda
esposa Hilaria, en alguna ocasión, se refirió al esfuerzo de su
infiel marido y reafirmó que “no desean esas relaciones” y
tuvieron razón... pero lo interesante hubiera sido conocer sus
impresiones sobre los motivos por los que el levantamiento del
embargo y el acercamiento eran, (son) para la tiranía, como el
cuento de la aparición de un fantasma a un niño. Lo raro es que
apoyaron a Obama en la reciente aventura como “si con ellos nunca
fue”.
El birracial había dicho
y demostrado que, ni si el FBI descubría un complot del tirano para
poner una gran bomba de su abundante excremento personal en el Ala
Occidental, abandonaría “la lucha”; es decir, Raúl podía hacer
lo que quisiera para abortarlas, pero el tenía “careta, peto y
rodilleras” de catcher, empeño que nadie debe traducir como
“capricho” y debe entenderse como otra medida contra la
seguridad y la estabilidad nacional de Estados Unidos, aunque el tal
Zúñiga le haya dicho a un reportero tanta mierda que la peste dio
en Hialeah.
El problema que confronta
Washington es que, a pesar de la crítica del Bola (consideraron
“positivas” sus palabras), que dijo lo suficiente para
desacreditar la extrañas relaciones y consideralas un rechazo
partidista, aunque Raúl haya dicho lo que le salió de la vagina, no
pueden negar que están incapacitados, desde el primer día, para
lidiar con el carácter volátil de quienes se mantienen “firmes y
radicales por la relación entre convencimiento comunista y
mantenimiento de sus logros”, que quiere decir protegiendo sus
fortunas y sus carabelas del “mal de ojos”.
Ni Obama ni nadie puede
revertir la frase “construyendo el socialismo”, que significa
extendiendo la agonía del pueblo y la riqueza personal y de grupo de
ellos, que requiere de “la escasez de recursos obligados aun para
construirlo”, porque, si reciben los materiales para terminar, no
solo se acabaron las excusas, sino su capacidad de poder absoluto y quizás la vida de muchos de ellos.
Hasta donde entiendo el
asunto, lo único que nunca será negociable es la entrega del poder
tiránico-dictatorial; Obama confundió la ayuda que elucubró para
mantener a la tiranía a flote; equivocadamente les entregó otro
argumento para que, de forma “vibrante”, La Habana comience a
cuestionar lo que ya firmaron y todo el mundo, por maldad o por
ingenuidad, apoya, sin tener en cuenta que leyeron las líneas otra
vez...¡Qué barbaridad!
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