Por
Andrés Pascual
Lo
que voy a tratar lo escuché durante 15 minutos del relajo que le
habilitaron a María Laria conocido como “ARREBATADOS”, por
supuesto ¿Dónde si no que en América Tevé?
Resulta
que el asunto de hoy fue el cine y la censura castrista, temas para
los que, al modo mío de verlo, no estaba preparado ningún
panelista, porque una cosa es haber sido un sicario del G-2 como
chivato en Radio Guamá de Pinar del Río primero y de la CI después,
como Huberto Mario Hernández (FOTO), y otra poder explicar el fenómeno con
moral autoritaria.
En
el “timbeque”, el canal preferido de estos “opinadores” que
alguna vez fueron esbirros de la tiranía: la homosexualidad,
aparentemente, lo único perseguido para algunos “quedaditos o
enviaditos”.
Y
yo, que viví la plena adolescencia durante los 60's, tengo un punto
de vista diferente: AL HOMOSEXUAL NUNCA LO PERSIGUIERON, al
contrarrevolucionario, al sospechoso SÍ, de cualquier orientación o ¿Cuántas historias "tétricas" de lesbianas perseguidas por su orientación sexual se conocen?
Sobre
los homosexuales hubo un tratamiento especial por la facilidad con
que se relacionaban con extranjeros, incluso del circuito de
Relaciones Exteriores de sus países, entonces perseguían al posible
captado por la CIA como fachada a lo que verdaderamente les
interesaba, que era lo contrario: emplear al cubano gay como carnada
para filmar y grabar a los diplómaticos que se aflojaran,
chantajearlos y sumarlos al ejército de ese tipo que todavía tienen
por Europa y, posiblemente, en este país.
La
UMAP no fue un espacio habilitado para “arreglar conductas
desviadas sexualmente”, sino una causa política encubierta en la
justificación de hacer el SMO, al Gulap de Camaguey llevaron a un
homosexual cada 150 confinados.
En
aquel campo de concentración internaron a la fuerza, en calidad de
presos políticos, a jóvenes y no tanto “desafectos” a la
Robolución, hijos de afectados por el robo de sus propiedades o que
pertenecían y practicaban la FE religiosa en cualquier congregación,
desde la Católica a la Bautista, pasando por los Testigos de Jehová,
la Adventista...
Sin
embargo, evitaron molestar a su escuadra natural DE INFORMANTES DEL
G-2 y de la Policía: la religión afrocubana, por lo que pocos
santeros o babalawos fueron víctimas en aquel ataque criminal a la
dignidad humana y a la integridad civil de una parte importante de la
población juvenil de la época.
El
problema que tienen los que defienden el cine “contestatario de
hoy”, que logró romper “la autocensura”, radica en que a nadie
de interés le importa lo que se ruede en Cuba, por eso la tiranía
lo permite, porque la importancia y el aplauso se los lleva el
permiso, la flexibilidad para permitir cosas, no solo en este nuevo y
pésimo cine que nada dice, porque todo llega diariamente desde allá
a través de declaraciones en vivo o de fotos.
La
“reforma raulista”, "el cambio de mentalidad", como se han atrevido
a sugerir varios por Europa y por aquí, es el logro socio-político;
llegó para quedarse, para permitir que se hable públicamente lo
que, desde hace rato, no tiene valor para nadie por lo rutinario que
ha sido durante tanto tiempo.
En Cuba lo único nuevo es que no meten a nadie preso por hablar lo que
quiera, no porque rompió ninguna censura ni porque sea guapo, sino
porque Raúl lo permite, si se le ocurre virarse con fichas de nuevo
no hay quien diga ni “alma mía”.
Nadie rompió ninguna censura porque no existe, ayer se
ajustaban a la prohibición y se autocensuraban porque eran
militantes, simpatizanters y vividores oportunistas, entonces les
publicaban, como no sucedía con otros que nunca vieron su
obra publicada, que EL NIÑO Y EL TIGRE no se publicó en Cuba ni LOS
OJOS DEL PAPEL, la primera de Luque Escalona y la segunda de José
Lorenzo Fuentes, que alguna vez ganó una mención Casa con Viento de
Enero o ¿Sería Después de la Gaviota? y fue preso por razones
políticas de acuerdo "a relaciones impropias", ¡qué palabritas para
una causa judicial inventada!, con la embajada mexicana en La
Habana. A los dos los conozco, digo, en el caso de Fuentes “ía”,
porque falleció.
Ni
el cine ni la literatura de hoy están censurados, tampoco hablan de
tumbar al castrocomunismo; lo de las jineteras, los ladrones y otras
cosas de cierto interés para hacer bulla sin ningún efecto político
ni éxito artístico-económico, ni son noticia ni impactan en los
círculos de poder americanos; sobre todo, porque en estos
aplauden a la tiranía por permitirlo; es decir, abren espacios a
favor de la dictadura por “su gesto tolerante de buena voluntad”.
Lo
demás, como lo que “dicen que dijeron" en FRESA Y HOCOLATE, en
realidad nada grave ni peligroso ni sugerido, no importa.
Estos
modernos, que se impusieron “a la autocensura” sin conocerla,
llegaron tarde al “party”, ya no hay que burlar nada porque nadie
les impide decir lo que les dé la gana, una vez que la tiranía
escribe, produce y dirige los “nuevos argumentos” de obras sobre
la libertad de expresión...
Por
eso ningún programa como Arrebatados vale un medio, porque no
manejan como se debe lo que fue parte de la tragedia nacional cubana
ayer, cuando hubo tiranía y censura dispuesta a matar y a meterle mil
años a cualquiera con el Pacto de Varsovia detrás.
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