sábado, 1 de noviembre de 2014

NINGÚN HOMBRE VALE TANTO...

 

Por Andrés Pascual

Por tu madre, ¡Mira con lo que se apeó el pariente ahora!: ESTADOS UNIDOS QUIERE A SUS MUJERES FUERA DE LA CASA...

El “Cuchillo Bowie” fue el título original del drama del Oeste que protagonizó Alan Ladd por 1955, en Cuba la pusieron como NINGUNA MUJER VALE TANTO, título inadmissible, por lo que sugiere, para tan gran película, aunque peor es lo que cocina Obama contra el país utilizando a las mujeres americanas...

No está mal, una mujer vale tanto como un hombre y merece un mayor respeto cuando se tratan ciertos aspectos de la realidad social; sin embargo...

¿A que obedece la “añeja y revolucionaria frase” del jihadista a cargo? ¿Es contentiva del reconocimiento de la mujer, de su aporte económico, incluso político a la sociedad? Ni atrás ni alante.

Hay que tener en cuenta que el birracial de tronco paterno africano, padre bien feo, bien negro y con la cara de hijo de puta que tenía Patricio Lumumba, añora el orden tribálico o desorden social producto de reglas esclavistas, se le nota en cada fotografía que se ha hecho en grupos familiares en la selva, lejos de Nairobi, donde la mujer es tan destacada por el hombre que tiene que trabajar para mantenerlo en carácter obligado bajo normas de la Edad de Piedra. Claro, en este país existe el WELFARE.

También hay que considerar que el llamado “full empleo”, sin ninguna arista exitosa, totalmente perdedor, utilizado por el fracasado comunismo porque creyeron que nunca sucedería lo que sucedió, ni que tuvieran que competir contra el capitalismo con políticas laborales de propaganda ideológica, pero capaces de embarcar por sí solo al 30 % de cualquier modelo económico con base en la economía planificada por el totalitarismo leninista, hoy forma parte del discurso desesperado de un individuo que, hasta ahora, ha actuado como Stalin en la URSS o como los Castro en Cuba, al frente de Estados Unidos.

Obama está tratando de imponer las absurdas, ridículas y fracasadas normas que hicieron explotar a todo el campo comunista y que no permiten que en Cuba se adelante menos de un milímetro económicamente; pero, muy peligroso, cuando se trazan como ganchos cuyo objetivo es convertir gobiernos democráticos en dictaduras, siempre se valen, como recurso de “aceptación” popular, de la suspensión de todos los derechos humanos relacionados con la libertad y la soberanía individuales.

Si este engendro a cargo del país es capaz de promover semejante política en medio del desempleo entre los jóvenes y los hombres americanos, solo por esa traición de intención antiamericana, que pretende sacrificar el orden y explotar el mercado laboral a su favor por el voto político, deberían condenarlo a la pena máxima sin posibilidad de defenderse.

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