Por Andrés Pascual
Lo peor del pueblo de la
ex isla de Cuba es lo rápido que olvida (herencia impuesta por el
tirano, que ahora dice que ni creyó ni nunca se comunicó con los
“yanquis”), en mejor español, lo fácil y continuado que ha
jugado al “comemierda” una población hecha “a la medida”;
lea lo que publicó el vocero de Washington y La Habana sito en El
Doral:
Los americanos le han
propuesto la “ayuda” al régimen criminal castro-obama-comunista
en internet, han hablado 20 basuras sobre el tema y “el pueblo de a
pie” creyó que “fue con ellos, para ellos...”, entonces allá
va la noticia del libelo del Doral (periodistas militantes,
mercenarios asalariados de “ambas orillas” o lo que usted desee
agregar, siempre a partir de antiamericanos procastro-obamistas en
los dos idiomas), a “informar con objetividad” el anhelo
frustrado durante 56 años de gente que, porque no entienden qué
significa radical, tampoco acaban de entender que, ni internet ni
nada que los regrese del medioevo a tiempos más cercanos al
“renacimiento”, podrá ser “con ellos ni para ellos”, NO mientras la lacra y su esencia estén en el poder.
¿Es muy difícil revisar
la historia del castrismo en Cuba, de sus “logros”, de sus
promesas, de lo que hicieron para confundir y aplacar primero y
retirar, después que conquistaron la posición que buscaban, por lo
general, con aprobación popular voluntaria?
Por ejemplo, en Miami
existen un par de tiendas que venden carne rusa a precio de filete
japonés especial; según dicen, “igual que la que teníamos en
Cuba” y yo puedo decir, con total responsabilidad, “que no
teníamos ni eso, sino cuando a la tiranía se le ocurría venderla
por la libreta”; es decir, cada un par de años y no más de 4
veces en los 30 que estuve allí; fue durante los 60's y olía y
sabía a rayo, después de 1964 no volví a ver una sola lata de esa
bazofia, aunque, según me dijeron, en los llamados “campismos”
la vendían.
Aquí hay nostalgia hasta
por los carretones rusos llamados Ladas o Moskovitchs, incluso
existen un par de talleres para piezas de repuestos...después hay
quienes no saben cómo luchar contra la dictadura y ni la casa
ordenan, por favor...
La realidad soviética en
Cuba se apreció cuando “los tovarichs” le fueron arriba a las
tiendas robadas, que la horda bautizó como “tiendas del pueblo”,
y compraron todo lo que quedaba de la era capitalista, mercancía que
ningún cubano adquirió por fea, como zapatos, camisas, bloomers o
blusas que metían miedo.
Sin embargo, como sucedió
con la carne rusa y en menor escala con la china, a todo el mundo se le
olvidó y comenzaron a aparecer los cuentos de brujas, trasvestidos a
la fuerza en cuentos de “hadas buenas y príncipes y princesas”:
“en aquella época había de todo...” Definitivamente, no hay
algo peor que un pueblo desmemoriado por obligación o por
oportunismo y el resultado es visible: 56 años de tiranía
dictatorial.
La frase más profunda
dicha sobre la memoria y el pasado no pertenece a alguno de los
sabios a que nos acostumbramos a repetir, sino a Adolfo Hitler. El
individuo, con sencillez y veracidad brutales, dijo: “Quizás la
mejor lección de la historia es que nadie ha aprendido ninguna
lección de la historia”. O sea, todo el mundo habla, pero muy pocos aplican.
¿Es muy difícil
regresar a los días del Mariel, cuando el tirano abrió los
“mercados libres campesinos” para aplacar (especie de premio por
tan bochornosa victoria en una batalla tan pírrica como trágica),
el desánimo generalizado del pueblo uniformado por una situación
que siempre se repite y acepta?
Después los cerró,
utilizando el ardid de su “honestidad militante” y su
“preocupacion paternal por la estabilidad social y por la moral
revolucionaria”.
Para que lo entendiera el
pueblo más bruto en la obligatoria elección entre lo que no tiene
importancia o lo que de verdad necesita conocer, que ha ratificado
junto al populacho americano 2008-presente, el vicio político de menos conservador de América, entonces creó causas jurídicas por
enriquecimiento, que no pudieron clasificar como ilícito, porque
ellos los autorizaron; pero encubrieron el tipo ilegal en “lucha
contra los intermediarios”; después, cuando llegó la hora de
reciclar el fraude otra vez, los llamó”maceteros y a la causa
“Pitirre en el alambre”, siempre ha sido así y, hasta hoy, nadie
escarmienta, por eso desbancó a los “tenderos tipo bazar” con
ropa de ¡ÑÓ, QUÉ BARATO! Y a los llamados cines “del hogar”
tipo 3D.
Nunca harán nada
sostenido, nada que posibilite que algunos cubanos “de a pie”
acumulen un par de pesos, menos “la dirigencia” incorporada” al
negocio particular, que, todavía, nadie ha oído que alguno haya sido
afectado por “raids” de inspectores, tan interesados en permitir
que los sobornen como en delatar a través del informe al
cuentapropista previamente señalado por el Partido y el MININT.
Hace varios días le
envié a la analista conservadora Mona Charen (foto hablando en una conferencia universitaria) muchos de los detalles
a que acostumbro contra el castro-obamismo, le sugerí que hiciera
algo por Cuba y en contra del “consorcio”, también le envié
materiales traducidos que he escrito sobre el efecto Obama con fecha
2008.
Debo confesar que me han
decepcionado muchos analistas conservadores, porque no han visto el
caso cubano en la dimensión que deben con respecto a la seguridad de
EUA; sin embargo, Mona escribió un material aceptable, aunque no
como yo quisiera, sobre las relaciones Castro-Obama; a fin de
cuentas, aunque incompleto, valió la pena el esfuerzo, porque ha
sido un gesto contributivo respecto al desvergonzado maridaje castrismo-intereses mercantilistas de nueva y muy peligrosa edición bipartidista americana. A continuación,
lo que debe considerarse el Evangelio según la Sharen en la
canallada que es la apertura de relaciones del birracial con la
tiranía:
Como algo significativo,
además de aventajar 100 á 0 a los comunistas de Obama, este “trato
camaraderil” tuvo la importancia de ofrecerle gratis a la tiranía
el rango de “oficial e importante”, que sería decir, además de
todo lo que le concedieron, que el comunista en la ex Casa Blanca
“hizo gente” (o intenta), a la morralla, a la lacra jamás vista
en América; definitivamente, el marido de Moche elevó el nivel de
sus iguales porque, desde cualquier punto de vista, el tipo y su
ganga son mierda pura también.