Por Andrés Pascual
Llegó a costas mexicanas (Quintana Roo), un grupo de cubanos hambrientos, famélicos, con niveles de deshidratación preocupante, por lo que debieron dejar a uno de sus compañeros en Gran Caimán por su graveda
Los vi por la televisión, gente muy diferente del “asere camará” hasta cierto punto: bien vestidos, gordos, sin rastro de sol ni porque hubieran estado en la playa.
Estos últimos viajan en botes o lanchas buenas de contrabandistas o de la tiranía, que son las mismas y los dejan en el Este de la Florida o en Los Cayos, a un par de metros de tierra firme para que puedan secarse los pies. También, por lo general, traen dinero.
El futuro de los que acaban de llegar justo frente a un hotel de playa azteca es confuso y, diría yo, negro, si nos atenemos al acuerdo que los comunistas del gobierno mexicano firmaron para que deporten a los cubanos que lleguen allá, porque ningún paisano de Diego y de Frida se va a Cuba como exiliado ni buscando “la tierra prometida que hicieron los inmigrantes”. Entonces, como el intercambio castro-obamista, de bilateral nada, de un solo lado a favor.
Tan mal les ha ido por lo que se parece México al castrismo que, como la tiranía, tampoco les permitieron entrar a un hotel, supongo que este detallito cuente en los “acuerdos sobre devolución de cubanos”, para hacerles dudar del mundo libre, aunque no es precisamente ese país un ejemplo de lo que significa el término.
Parte de la derrota republicana en la elección de diciembre pasado, se debió al apoyo que le dio el gremio artístico al radical, por eso le dispensa tanta atención; por eso Michelle entregó un Óscar, para tenerla de gancho e intervenir, con importancia decisiva refleja, en la alta política nacional y la mira puesta en el Congreso, en el Senado o en la Presidencia.
¿Usted cree que Obama es popular? Deje que la 5ta Columna artístico-comunista, con mayoría residencial en Beverly Hills y Bel Air, considere preparado a alguno de sus homosexuales, bisexuales, borrachos, o drogadictos antiamericanos, para que vea lo que es “arrastrar fanáticos votantes”.
El congresista Joe "el Mofles" García, libro abierto en contra del exilio y de Cuba que, como Pamela Anderson, “no deja nada a la imaginación”, acaba de dar otro paso a favor de Obama, del partido demócrata y del castro-chavismo en Miami.
Ahora trata de meter un anexo que iguale a la comunidad económica venezolana con la castrista, proponiendo lo que, según sus palabras, “no sería un TPS, sino un recurso de AJUSTE”.
Se dice que es difícil identificar quién pudiera ser un verdadero exiliado entre los venezolanos, por lo que se hace necesario que sus “aliados cubanos”, algunos como Joe y otros falsos exiliados, dado el predominio de intereses personales más que la preocupación por asuntos referentes a Cuba que lo merecen, metan la mano a ver qué pueden hacer por “sus panitas”, cuyo objetivo es el derrumbe político-económico desterrado.
Esta gente controlan la Media junto a los castristas y a los americanos comunistas (Saban, por ejemplo), emplean a los mexicanos como gancho para atraer “fanáticos”; tienen resultados económicos de interés y logros políticos preocupantes: ganaron una alcaldía y vendrán cosas peores en el plano político.
La propuesta del Mofles pudiera aprobarse en este segundo término del radical, aunque no me comprometo, porque la van a “calzar” con el demoledor “con los colombianos y los Heralds le arrancamos la cabeza a los cubanos políticos; con los colombianos, los venezolanos, los Heralds y el Diario las Américas lo haremos con todo".
Lech Walesa (en la foto con Juan Pablo II), llamó a la unidad de la oposición cubana. La más visible personalidad del Sindicato Solidaridad quiso decir que, si las cosas no se hacían como en Polonia, no podría haber éxito; sin embargo, olvidó que Juan Pablo II estaba de su parte y que el Presidente de los Estados Unidos también; que aún existía el Pacto de Varsovia y la conformación de fuerzas geográfica de Guerra Fría: ESTE-OESTE; que un general, Jaruselski, evitó el despliegue total de los tanques rusos al sacarlo de circulación que Gorbachov ocupó el liderazgo soviético.
Definitivamente, el líder europeo tiene poca capacidad para relacionar acontecimientos importantes que lograron la segunda y verdadera libertad de Polonia, si no puede explicarse bien ni eso, ¿Cómo podrá aleccionar a quienes llevamos 54 años luchando en peores condiciones que todo el Este europeo, contra un enemigo igual en esencia y más difícil que el enfrentado por ellos durante el tiempo que existió el Pacto de Varsovia?
Si Walesa tuviera alguna buena intención respecto a la tragedia cubana; si de verdad “le naciera” la voluntad de ayudar a derribar el castro-comunismo, entonces no hablaría cualquier basura para contentar a algunos que, nadie lo dude, lo menos que les preocupa es la eliminación de la bacteria castrista del tuétano de la sociedad cubana de hoy.
Con dos Papas y el cardenal Ortega en contra de los movimientos anticastristas que buscan liberar al país con la acción como tipo de guerra único sin alternativas; que promulgan la hipócrita y desleal política de no interferencia clerical por la vía del objetivo pastoral, que la acerca a los apóstatas y falsos luchadores de ghandismo, borrón y cuenta nueva, estaría bueno preguntarle al polaco si su movimiento, a pesar de los millones de “miembros” que logró agrupar por la ayuda de la Kos Kor, de Reagan, del Papa y de más del 87 % de católicos en su país, hubiera sobrevivido a las primeras 10 horas en los astilleros de Gdansk ante los tanques rusos de ocupación.
Polonia no tiene una población mestiza tan amplia y no pretendo ofender, sino analizar verdades, que ha sido un freno total a cualquier intento serio de deponer al castro-comunismo, porque, después de la guerra del 95, la mayoría pensaron como negros, es decir, de acuerdo a quién les daría la fuerza moral y no como miembros de la sociedad sin complejos, como patriotas ante la dictadura tiránica castrista.
Castro, que ha sido tan pícaro como asesino, leyó bien el mensaje, en aquel momento de 50 años de historia y les otorgó una buena ración de fuerza moral, aunque, materialmente, les diera poco.
La creación de organismos parásitos para ejecutar la penetración ideológica de América Latina como el INDER o el MINISTERIO DE CULTURA, le vinieron como anillo al dedo a los negros cubanos.
Dentro del país hipotecó para las negras la rama de Enfermería del MINSAP, y, las licencias deportivas y por “trabajos en cultura”, otorgadas por años a atletas y músicos de pueblo con sede en las llamadas Casas de la Cultura, fueron el refugio autorizado “políticamente” de un nuevo tipo de negro, que comenzó a odiar al trabajo y, por imposición y revancha, al blanco anticastrista, jugada importante en el objetivo de dividir al país para controlar mejor cualquier foco de rebelión, que impera desde 1959.
Sin embargo, después de 1994, el cubano sepia se vio golpeado económicamente de forma brutal, porque la tiranía colocó sobre los hombros de su “comunidad en el exterior” la mantención de buena parte de la sociedad, que contentó a muchos blancos y molestó a muchísimos negros, que apenas tienen familiares en “el norte”.
Durante más de 30 años creí que la dictadura duraría el tiempo que se pudiera mover a los negros en su contra, no se ha logrado y lleva 53 en el poder, no obstante, durante los últimos tiempos, ha crecido su presencia en los grupos “disidentes”, por lo precario de su propia situación individual y como medida de infiltración del DSE; sobre todo en carácter protagónico, lo que significa que tampoco serán de mucha ayuda para deponer al castrismo.
En los últimos tiempos nadie habla ni trabaja en función de derrocar a la tiranía ni de limpiar la sociedad, sino de hacerle reformas saludables al mal para disfrute de un sector poblacional bien definido.
El incremento del satanismo por medio del sincretismo religioso, que se debe considerar creencia y práctica prioritaria en la Isla como reflejo de la marginalización de la sociedad, en lo que mucho ha tenido que ver la relación G-2 con los dirigentes y practicantes negros de aquellas, tampoco se lo informaron a Lech Walesa para que hiciera un análisis digno de lo que ni se parece a lo que conoció y vivió.
Y un exilio como el que no tuvo Polonia, dentro de Estados Unidos, a 90 millas de este país y con leyes que protegieron totalmente a los que huían de Cuba como el Ajuste Cubano.
Destierro tan poderoso que han dominado la economía de un Estado y se inmiscuyeron como fuerza activa en la política americana en rango de congresistas, senadores… estatales o nacionales.
A Walesa le hicieron un cuento los que se ganan su dinero con el cuento como profesión; sobre todo desde los últimos 30 años, que no desean la hecatombe del sistema, sino formar parte de las inversiones en una Cuba reformada o como partícipes gurús de la política post Raúl, pero castrista en esencia.
Esos individuos, parias de la circunstancia con residencia en España o en Estados Unidos, son los que manejaron a Walesa hasta el borde del precipicio que supone la duda entre considerarlo útil o desechable como elemento de asesoría obligada en lo que se debe hacer; porque, a fin de cuentas, tal vez no le hablaron la verdad sobre Fariñas, Yoani, Espinosa Chepe o Cuesta Morúa. En buen español, para utilizarlo a su favor, lo pusieron a hablar mierda.
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