Por Andrés
Pascual
Yo supe lo
malo que es el comunismo antes que Bill 0'Reilly, Hanity o cualquiera
de los comentaristas conservadores, lo conocí a través del
castrismo.
Nadie es
adivino, pero quien vivió lo suficiente y sacando cuentas, no
necesita sino un par de señales para identificar dónde está
incubando la víbora.
Navidad se
convirtió en una palabra maldita para los comunistas de la Isla,
porque significaba avellanas, puerco, nueces, higos, turrones o queso
gouda, “rezagos que había que erradicar del brutal capitalismo que
nunca más volvería a esclavizar a Cuba” y porque la fecha 24-25
de Diciembre reflejaba el verdadero mensaje de la religión con
respecto a la unión familiar.
En 1968 se
celebraron las últimas Navidades, fue el año que Castro bautizó
“de la Ofensiva Revolucionaria” y barrió lo poco que quedaba de
propiedad privada como algunas bodegas... y se fueron los gallos, las
peleas de gallos finos, símbolo patrio significativo que quedó
reflejado en un dibujo de la época con un grupo de mambises
siguiendo una pelea y el enemigo español tan cerca que se ve.
Entonces dijo que serían trasladadas, ¡Oiga eso! para Julio del siguiente, incluyendo el 6 de enero... Está claro que la tiranía siempre ha sido un grupo exitoso económicamente por lo raro como aplican las reglas de las relaciones económicas: GANAN MÁS MIENTRAS MENOS VENDEN...
Sin embargo,
como la Navidad es la fecha de Paz, Amor y Unión de la familia, pues
había que destruir el mensaje, porque preparaban las aventuras
mercenarias al África, que producirían ausencias familiares en la
fecha milenaria por un viajecito, muchos sin regreso, a Angola y
Etiopía.
Hoy he leído
a varios analistas políticos de la oposición considerando el
peligro en que se encuentran las Christmas en EUA, incluso como un
atentado a la “unión y al respeto familiar”.
Si estos
americanos fueran más hábiles, deberían considerar a fondo la
experiencia cubana para que vean el futuro inmediato y conozcan de
“cosas muy malas” que van a pasar aquí, después que Obama y su
Caballería Comunista destrocen lo poco de moral ciudadana que queda,
porque faltan DECRETOS, imposiciones, que, nadie lo dude, como la
Ofensiva Revolucionartia de la tiranía en 1969, arrasarán con “el
país de emigrantes” de la fábula, llamado alguna vez “del Sueño
Americano”.
Poco a poco
esta gente se va dando cuenta de situaciones que nos son familiares a
los cubanos anticastristas desde 1959, el problema es que no tienen
la mínima posibilidad de, como decía el tirano para justificar su
derrota absoluta “convertir el revés en victoria”.
La bandera
de la hoz y el martillo vieja, apestosa, de aquellas que tenía Paul
Robertson para celebrar la “victoria soviética” y que Obama casi
seguró heredó y yace en su habitación robada, ya ondea sobre la ex
Casa Blanca, yo la veo y creo que todos los cubanos que creímos
que nunca sucedería, falta que el pueblo americano se opere de
daltonismo si es que operan, aunque, como van las cosas, sería por
gusto, porque ya no pueden hacer nada, sino quejarse y eso también
lo sé y ni los comentaristas ni la población todavía llegan al
detalle.
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