martes, 17 de diciembre de 2013

CON LA MORAL MÁS ALTA QUE MORALITOS Y EL DERECHO TAMBIÉN



Con la moral más alta que Moralitos... y el derecho también


Por Andrés Pascual
Yo creo que si algún día Cuba pudiera liberarse y erradicar todo vestigio de izquierda, de comunismo, de populismo, de socialismo en cualquier variante, se debería legislar un nuevo sistema legal sobre Inmigración-Emigración: ningún extranjero que haya participado de cualquier forma en actividades de apoyo a la tiranía podría entrar a Cuba ni de visita turística: ni los MacGovern ni los Kennedy ni los Clinton ni los Soros ni los Andreas ni los Rockefeller ni los Obama, como americanos y faltan muchos otros; ningún artista estadounidense o de otra nacionalidad que hubiera apoyado al castrismo tampoco: ni Benicio del Toro ni Ricky Martin ni Olga Tañon ni Juanes ni Bosé ni Danny Glover ni Javier ni Penélope ni Robert Redford ni Hanoi Jane ni Sean Penn ni Jon Stewart ni Whoppy ni… ningún ex miembro de las ex republicas soviéticas por lo que se sabe; sobre todo, ni Putin ni Medvedec ni Gorbachov y faltan más. Ni Willy Toledo ni Inma Cuesta ni Fito Páez ni Moisés Alou ni su padre Felipe ni los dueños del Baltimore ni Bud Selig ni Bob Arum ni Don King ni ni ni Diana Swyer ni… ¿Cuántos pueden ser? ¿Acaso medio, un millón, dos, 15? Los que sean, que mucho se ha tenido que sufrir y llorar por este tipo de elementos.
Si se le ocurriera regresar al Inmundo, a Max Lesnik, a Andrés Gómez, a la Freyre, a Aruca… permitírselo, pero para detenerlos y juzgarlos bajos acusaciones de alta traición y contribución a un tipo sui generis de genocidio durante más de 50 años. Las penas, en todos los casos, más severas que las aplicadas por la tiranía a inocentes durante más de medio siglo.
La limpieza de las habitaciones interiores del país debe incluir veneno para ratas como Abelardo Colomé, Fidel, Dalia, sus hijos, nietos y demás familiares, a Raúl y a su prole, a Ramiro, a Silvio, a Alarcón y a la vieja del Comité encargada de la vigilancia o de la presidencia… ¿Cuántos podrían ser? ¿Acaso 6 millones? Pues seis millones.
¿Pudiera nunca ejecutarse esa limpieza por “horrible”, porque sería una “violación de los peor que las del castrismo”? OK, entonces tenemos que hacernos a la idea, desde ya, de que también debemos crearnos nuestro propio código moral sobre el asunto; nuestra filosofía personal y de grupo capaz de amparar y apoyar el carácter retroactivo en la recuperación del bien usurpado por una ideología que no respeta a Agramonte, sino a Cinta Frías; ni a Máximo Gómez, sino a
El cubano tiene que aprender a castigar lo mal hecho; pero, con mayor énfasis y decisión, a los que intentaron desaparecer la nación que, alguna vez, llamaron la Perla de las Antillas; por cierto, están bastante adelantados en su obra destructora… ¿No se puede hacer así? Pues no hay rescate ni arreglo; sino conformidad con el recuerdo de lo que se perdió por no haber obrado de la forma indicada cuando fue necesario.
Todo lo que puede ser bueno y “sonar bonito” en otros lugares, en el asunto cubano es peligroso y huele mal. Esto es una guerra sin normas de caballerosidad por la calaña del enemigo que se enfrenta y así hay que verlo y así hay que actuar. Según Martí, “radical es quien vaya a las raíces” y eso exige la nacionalidad cubana: una urgente intervención radical contra un cáncer invasivo de alto voltaje metástico. En realidad nadie sabe si queda tiempo; pero el esfuerzo hay que hacerlo como la última batalla por la salvación del país…
Cualquier película que refleje el asunto de dictaduras derrocadas hecha por liberales, puede tener el sub-argumento de “una joven buscando a su hermana revolucionaria desaparecida” ¡Qué barbaridad! ¿Qué clase de dictadura fue esa que alguien podía “buscar” a un familiar entre detenidos? Para los cubanos post 1959 eso no ha sido posible. Lo que quiere decir que “nuestra dictadura” es de caracter especial por diferente a las otras; entonces no podemos ni asustarnos ni apenarnos ante críticas que serían contubernios en defensa del castrismo por las medidas que se tomen.
Si algo hay morboso en el mundo es observar cómo Hollywood impuso la moda de tratar al asesino Che Guevara como a un revolucionario honesto, desinteresado y consecuente con sus ideas y nunca refleja lo que hizo cuando destruyó al Banco Nacional de Cuba ni al Ministerio de Industrias; menos su actividad criminal, ordenando la ejecución y haciéndolo personalmente de opositores al comunismo, jóvenes casi niños muchos; ni el ateísmo, que tampoco lo reflejan aunque haya sido la máxima representación de esta política dentro de la tiranía.
Resulta que Ricky Martin será Che Guevara en Broadway… ¿Por qué no se ha dignado en conocer lo que sentía por los maricones aquella bestia? No, este elemento castrista solo está considerando la oposición a su orientación sexual desde ciertos ángulos y la política castro-guevarista no es uno de ellos. Sin embargo, debería cuestionarselo.
Si un día La Habana se convirtiera en la más grande sala de lo criminal-político de la historia de la Jurisprudencia, ¿Cómo justificarían todos estos elementos sus conductas también criminales por el apoyo a la masacre de un pueblo? Por eso se imponen nuevas reglas de juego para una Cuba nueva…si acaso se quiere arreglar aquello y darse a respetar y no hay otra alternativa.

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