Por Andrés Pascual
El gran público del radio, la prensa y la televisión en español de Miami es cubano de nueva edición o de “comunidad”, bueno, relativa, quise decir desde 1994 hasta hoy, que se reencuentran “con viejos conocidos del micrófono, la pantalla o la computadora de Radio Rebelde o el Granma” en la ciudad que han ocupado con la seguridad que no tuvieron los ingleses cuando lo de Guanabacoa que, para suerte de Cuba, contaron con Pepe Antonio.
Yo creo que Castro ha enviado para acá al 60 % de sus simpáticos comediantes, de sus actores y actrices “de carácter” y, tal vez, a más de sus “prestigiosos hombres y mujeres de prensa” de todos los sectores.
Paso previo, muchas veces, integrarse a la “prensa independiente” para cimentar el contrato que les harán, quizás allá y, posiblemente, directo a la USIA vía Radio y TV Martí (en la foto Edemio Navas, locutor deportivo de Radio Martí, junto a Don King y al púgil cubano Ángelo Santana), o a los canales América Tevé, Mega y el circuito radial Univisión.
La prensa independiente es, al modo mío de ver el asunto, el training obligado para asumir la responsabilidad, compartida con la izquierda americana que manda en las emisoras, a fin de familiarizarse con el enfoque de los asuntos castristas “sin lesionar el prestigio y el alto perfil moral de la tiranía”. Siempre debo hacer la salvedad de que no todos, sino, posiblemente, el 60 %.
Si conocen o no de la historia cubana, no es impedimento; si sus juicios son absolutamente descabellados o continuadores, incluso justificadores del “análisis castrista”, menos importa. Lo que bloquea absolutamente la posibilidad de acceso a esas emisoras, incluso al Herald, es la conducta seria, vertical y decidida contra el castrismo; eso, para los americanos y para los elementos de comunidad y sembrados a cargo, no es “políticamente correcto”.
En Radio Martí, a Pedro Ramos y a mí nos advirtieron que no podíamos volver a llamar ni tirano ni dictadura a Castro ni a su experimento. Última y primera vez, hace alrededor de 8 años…
Yo ni oigo ni veo esas emisoras, por lo que no sé cómo es la forma de referencia, respecto a la morralla dirigente castrista, de los “disidentes y opositores” que trabajan ahí cuando hablan de la tiranía y de sus asesinos.
Por circunstancias conocidas, porque son soldados del castrismo o mercenarios de situaciones que utilizan para vivir de ellas, no dudo que lloren al lado de Raúl cada vez que tengan que referirse a situaciones emotivas como las muertes de Almeida o de Chávez.
Sospechosamente, esos-as francotiradores castro-comunistas tienen el apoyo de elementos de por acá que, de alguna forma, son un puente con la dictadura a efectos propios, lo mismo da Montaner que Manny Díaz que John Kerry.
Estos elementos están enviando un mensaje (muy mal oído y no visto) a Cuba, que tiene como objetivo decepcionar al luchador natural en vez de crear el ejército que hace falta para combatir a la tiranía.
Además de cobrar jugosos salarios, de actuar como 5ta columna contra el exilio, ¿Para qué sirve esa “oposición”? sin embargo, son los “consentidos” del enorme grupo de practicantes de la santería, de ejecutores de la política del viaje a Cuba groseramente y del envío de divisas que inundan la ciudad.
Igual o peor, apoyan en presencia desbordada al soldado castrista que envían a provocar como “intercambiado cultural”.
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