Por Andrés Pascual
Hace menos de una semana, Obama dijo que "son 150 indocumentados sin antecedentes penales que no constituyen peligro…" ahora se destapó que son 2,000.
Como que existió una mentira numérica, tengo el derecho de pensar que más del 70 % sean de peligroso alto voltaje para la sociedad… si ese es el costo que se está pagando, sin fuerza alguna que lo detenga, para que el partido demócrata gane adeptos, para que Obama cumpla con su único designio político: destruir, además de al país, el Partido Republicano, entonces Estados Unidos está más liquidado de lo que se pueda creer.
El tipo le miente en el hocico a cualquiera que no acepte su política como asolador de la nación, a sus entusiastas y seguidores no, que no les importa ni preocupa si sus "decretos" dañan al país: Samuel Jackson, actor, dijo que apoyaba a Obama porque era negro; una negra americana porque le dio un teléfono gratis; los ilegales porque es "uno de los nuestros"; los blancos demócratas de la alta e intermedia política, porque quieren apoderarse del país por siempre jamás y establecer una dictadura partidista, nueva Unión Soviética con acento extremista musulmán, de Mc Donalds, Coca Coca y Yankees de Nueva York hasta que… los otros, blancos que pertenecen al GOP u oposición republicana, porque se establecieron como 5ta columnistas que esperan un buen bocado en cada inversión que se logre en países como, se aprecia en el horizonte, Cuba y Siria.
El "secuestro", que el propio presidente lleva 16 meses preparando para que salga perfectamente ejecutable, servirá con efectividad como desvío de la atención de políticas muy peligrosas y preocupantes, impuestas por la Casa Blanca, al estilo de esta que contempla 2,000 ilegales liberados de una portentosa mentira informada de 150, como Limbaugh, creo que sería suficiente para un "impechment" presidencial.
Consideración al margen, el llamado secuestro, fruto total de Obama porque evitó escuchar advertencias y peticiones obligadas que impedirían el hundimiento en espiral de la economía del país, junto a la enorme deuda que ya existe, no es otra cosa que el perfecto "chivo expiatorio", que busca desesperadamente el presidente, para sustituir el nombre de la "administración anterior" por todo el daño que hará desde ahora, porque seguir culpando a Bush no solo sería una ridiculez, sino una falta absoluta de competencia personal y de respeto hacia sí mismo, de lo que no se salva ni secuestrando al GOP en pleno.
Ya opciones como "se debe estar vigilante" son arcaicas, fuera de lugar y a destiempo, el problema mayor lo originó el errático comportamiento del Partido Republicano, consentidor y concesivo en extremo ante actitudes que se tenían que tratar de otra forma y denunciarlas con pruebas demoledoras de la verdadera intención de este peligroso fanático que hoy ocupa la ex Casa Blanca en categoría de dictador en ciernes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario