Por Andrés Pascual
En 1983 los disidentes presos eran Elizardo
Sánchez Santacruz, que lo exiliaron para Matanzas porque pretendió
desprestigiar a un grupo de presos políticos jóvenes en huelga de hambre en un
periódico madrileño acusándoles de “delincuentes”, con la intención de frenar el
protagonismo juvenil de lucha violenta para salvarlo
del castigo que le hubieran administrado y Edmigio López Castillo, viejo
baluarte del Partido Socialista Popular, quien, junto a su hermano Roberto, había integrado la causa de la
Microfracción. Roberto era el padre de Oriente, ex director del conjunto que
acompañaba a Silvio Rodríguez, Afrocuba, exiliado hace varios años.
Eddy, como le llamaban, había roto convincentemente con el comunismo,
odiaba a Castro y su primera causa fue la Microfracción. La nueva
databa de 1980, cuando él y Elizardo convinieron en presentar por su cuenta, en
la casa de un diplomático occidental en Miramar, una muestra del pintor Luis
Ruiz, abortada por el G-2, que los acuso de propaganda enemiga, muy raro, porque
ese delito lo tipifican como “espionaje” al servicio de
la CIA; por sus antecedentes, Eddy fue sentenciado a 8 anos, Elizardo a 4 y Luis a 2.
Durante casi todo 1983, Edmigio me contaba que una persona que él
deseaba que yo conociera, llegaría.
Tal vez porque yo tenía nivel cultural en letras
y se hizo mi amigo, deseaba que conociera a Ricardo Boffil (en la foto entre Adolfo Rivero y Oscar Peña), pero el
traslado de edificio lo impidió.
El día que llegó al Combinado, sería
agosto o septiembre, Andrés Solares Texeiro y José Antonio Sarraluqui Peña,
hermanos y amigos, así como Elier Díaz Otero, Daniel Cardo y Guillermo Quintero
Valdés, iguales en amistad y hermandad, me despedían rumbo al edificio # 1. A
Boffil lo vi de lejos, recostado a una pared exterior frente al oficial de
guardia. Yo no era disidente y combatí a Castro con propaganda pintada en
paredes y sabotaje.
Entonces Ricardo se dio a la tarea de crear dentro de la prisión un grupo de “activistas”
que apoyaran "su" trabajo de denuncias sobre la represión en presidio que Arnaldo
Ramos Llanis, Armando Valladares, Vargas Gómez…venían haciendo desde 1962 y su
primer nombre fue Centinelas de la Libertad, en coordinación con Luis Conte
Agüero y Humberto Medrano o Pedro Leyva, ya exiliados aquí.
Pero el movimiento disidente como tal data de 1976 e incluía a Arnaldo Escalona y
señora, a Edmigio, a Boffil, a Adolfo Rivero Caro o a Marta Frayde… todos ex
comunistas o ex castristas de confianza del propio tirano como la doctora en
Medicina Marta.
¿Hombres y mujeres cultos y preparados? Todos, que la
instrucción directa del mamotreto marxista le exige a su militancia la capacidad
necesaria para imponerse en la discusión bajo cualquier fuego y les prepara para
el lugar más importante en el ámbito proselitista: la docencia
académica.
En 1983 no se podía hablar de Primavera Negra, sino de
primavera, verano, otoño e invierno más negros que el mar que el petróleo
oscurece por el accidente de BP: en 1980, “la causa de guajiros de San Antonio de los Baños” por
alzamiento y sabotajes tuvo dos fusilados, los Toledo, tío y sobrino y 4 penas de
muerte conmutadas por 30: los hermanos Daniel, Jorge y Carlos Cardo, así como el
Gallego, varios más con entre 20-25; a los Cardo les habían fusilado al padre en
1961. Con Carlos experimentaron una bacteria para uso bélico en un pulmón y lo
perdió. A nadie le importó, hoy, ¿Cuántos lo saben?
En 1981 dos jóvenes, Abilio y Rodolfo, fueron fusilados porque sabotearon una guagua a la que le
quemaron parcialmente una goma trasera, parqueada, fuera de servicio y al aire
libre. Monto de los daños 185 pesos cubanos.
Ese año la causa conocida como Zapata, de Alfa 66, con 4 fusilados
y 4 penas de muerte durante 8 años conmutadas por 30, otros 10-15 con 30 y otro,
Cristino Linares, con 62…
Así era aquello a partir de 1980: al “calzoncillo” Guido Faraminan, apodado el Tío, lo
dejaron morir en 1983 al negarle oxigeno bajo una crisis asmática en el
hospital del Combinado y a Vega Vega, de la 2506, también; Lerroy, ex militar, casi vomitaba
los pulmones del cáncer que lo carcomía y al anciano Gabriel Soto Cuesta (83 años al momento de caer preso) lo
sancionaron a 9 años con cáncer en el esófago (murieron presos), igual que a Florencio
Pascual Rodríguez, de 72, a cinco con cáncer en el hígado. Ambos eran
matanceros.
Todavía en 1983 Ochoa mataba "negros Buenos" en África y Guillermo
Fariñas estaba de su lado en las Tropas Especiales en
cualquier lugar; a este individuo le hizo daño el gesto de la serpiente con su
huevo y se viro cuando fusilaron al general que algunos quieren convertir en mártir
anticastrista.
Hoy el héroe es él y suena más que su ídolo del grupo
criminal y represivo que Castro defenestró quién sabe la razón.
En 1983 Vladimiro Roca bombardeaba posiciones contrarias al castrocomunismo de Agostinho
Neto en Angola y Oscar Espinosa Chepe debe haber sido “un niño bien” de la
orbita “mayimbe”, los callos pisa’os no eran communes en la "oposición disidente", sino un abogado llamado
Abelardo, que trajeron directo de Alemania; o de Fernando Figueroa, que fue al
que se le ocurrió comprar barredoras de nieve en Corea; o, quizás, Enrique
Martínez Carrillo, que fusiló patriotas en La Cabaña a las ordenes de Che
Guevara a los 19 años, y, posiblemente, lo que hizo fue hablar sandeces,
trabajaba en Maquimport, Todos sancionados a 20 por espionaje.
Rafael Núñez Cuesta también fue condenado a 20 años en 1976 por espionaje, servia en Relaciones Exteriores y el ingeniero Joaquín López Sanz, a 20, creo que era del MINFAR, había estudiado aquí y
procedía de familia millonaria de Matanzas ligada al azúcar y a la química
industrial
Gustavo Arcos Bernes, Sebastián su hermano, ex vice-ministro
fidelista y Sebastiancito, su sobrino, vivian en una celda de 6
en la sección candados del primer piso del edificio 3 junto a un teniente o
capitán del MININT que lo sancionaron a 30 porque se iba por la frontera de Nicaragua con Costa
Rica con un par de obras de arte y joyas robadas.
Los Arcos Bernes estaban acusados de intento de salida ilegal, les traían a la matriarca a
las visitas en un Lada cada dos meses, no ajustadas al régimen del plan
de reeducación de 4 ó 6 según la sanción: hasta cuatro anos, o cinco y
más… asistieron al hospital durante la enfermedad de aquella y a todo el
velorio; además, tenían un ventilador y no recuerdo si una hornilla. Este
testimonio lo pueden apoyar 500 o 600 que están por aquí y, para mí, son
localizables.
Ese año también murió de forma extraña en la mesa de
operaciones, creo que por apendicitis, Mayito, el hijo de Mario Chanez de Armas:
no velorio, no entierro. Ni a Negrete, hermano de un pitcher de Pinar del Rio,
le permitieron ir al velorio de su madre, se hizo una huelga de hambre en La
Cabaña en solidaridad y apoyo.
Desde los 70’s Mazorra funcionaba a toda máquina para quienes habían sido dirigentes, según
Andrés Solares, lo único que les decían allí antes de internarlos en las salas-celdas
Castellanos y Carbo Serbia era: “Pero tu tienes que estar loco para estar en
contra de Fidel” y Solares llegó casi loco a la Cabaña por los electroshocks y la
convivencia con verdaderos y peligrosos dementes.
Desde 1980 era un abuso lo que hacían contra la valentía intransigente de los Calzoncillos que
trasladaron a la prisión en Boniato; llevado al cine, solo un filme de horror
aguantaría semejante argumento no apto para menores de 17…por eso están en la
historia de Cuba a la vanguardia de la única gloria que vale la pena: la
patriótica… Ya Arnaldo Ramos, Valladares y otros han ilustrado
semejante infierno en libros bien detallados.
En 1983 no, pero cuando soltaron a Boffil, ano y medio después; porque entraba y salía a la Sección de
Intereses con regularidad, la gente creyó que era capaz de lograr una visa de
salida y comenzaron a unírsele en el movimiento de Derechos Humanos y no me
consta, pero me lo contaron varios presos que lo sabían.
Así comenzó lo que después Castro alimentó y maneja como quiere y hasta
Nestor Baguer fue colocado como agente encubierto del G-2 entre estas personas,
un tipo que algunos creían que era filólogo de silla en sitial de altura en
la Academia de la Lengua en el Capitolio…
En 1983 no había ayuda para nadie que fuera catalogado como familia de un contrarrevolucionario preso ni del
exilio de ni de ningún lado, eso no se podía soñar ni participación en un show de primetime en Miami vía
telefónica desde algún lugar de Cuba incluyendo la prisión ni Damas de Blanco y que conste, todo se trató de
hacer antes, o se hizo: una queja por lo malo del pan, 5 años, Candelario
Iglesias; una frase como en “Cuba hay represión”, 8, Nicolás Riverón Fernández;
un libro de disidente en su casa y de su propiedad como la Gran Estafa o la
Noche quedó atrás, 9, ingeniero Eric Puig Figueroa; la pretensión de crear un
partido martiano sin tocar ni una sola puerta, 10, ingeniero Andrés Solares
Texeiro; una palabra confusa en una novela medio escrita 4, José Antonio
Zarraluqui Peña…y así.
Yo comparo lo que se está haciendo en los últimos
años con lo que nadie podía hacer antes de 1985, con el pitcher que tiene
molestias “A Castro no le lleva la bola hace rato, esta al bounce”
En 1983, por lo de Granada, Castro concentró al presidio común y lo comprometió con
“liquidar al contrarrevolucionario preso” y les prometieron armas de todos tipos
para que lo hicieran. Tenía miedo… ¿Cuándo no?
¡Ah! Pero, en 1983, Oscar
de León sacrificó sus ventas de discos en Miami y fue a Cuba a cantar gratis en el
Festival de Varadero… ¿Cuánto dejó de ganar por lo que dejó de vender?
Eso no valió la pena y el León me lo dijo una noche
en el restaurant Chico’s de Hialeah cuando, amistosamente le reproché “Mientras estabas en Varadero, más de mil hermanos míos y yo nos
pudríamos en diferentes prisiones del país…” y, realmente, sentí que su mirada
era avergonzada; pero lo que se convirtió en un bombazo fue cuando le dije que,
ese año, a finales, me cayó en las manos una revista Cuba Internacional, creo que
de un preso apodado Guarapo, con una entrevista a Silvio Rodríguez sobre la
actuación del venezolano.
En la interview, frustrado por la forma despiadada
como Oscar había maltratado a los conjuntos cubanos, que puso en ridículo
supremo con nuestra propia música; envilecido mas, si cabe, por la envidia y el
complejo de inferioridad que siempre ha padecido, solo atinó a decir que “fue un
error traer a ese tipo a estregarle a todo el pueblo revolucionario esas
chucherías de oro que le cuelgan al cuello”, referido a la tremenda cadena que
no sé si aún se pone el cantante…Bajo ninguna circunstancia fue capaz de
agradecer esa visita que, a Oscar de León, le costó la meca y la seca.
Esa conducta disfuncional extrema y baja del cantautor,
también la leí en 1983 en un Caimán Barbudo de 1984.
Pero Oscar se lo mereció, porque nadie en el mundo era ajeno a
lo que pasaba en Cuba y menos en Venezuela, con un amplio exilio cubano desde
los 60’s.
Aunque pasaran como que no escuchaban, siempre lo han sabido
todo y todo es todo...
En 1983 los disidentes presos eran Elizardo
Sánchez Santacruz, que lo exiliaron para Matanzas porque pretendió
desprestigiar a un grupo de presos políticos jóvenes en huelga de hambre en un
periódico madrileño acusándoles de “delincuentes”, con la intención de frenar el
protagonismo juvenil de lucha violenta para salvarlo
del castigo que le hubieran administrado y Edmigio López Castillo, viejo
baluarte del Partido Socialista Popular, quien, junto a su hermano Roberto, había integrado la causa de la
Microfracción. Roberto era el padre de Oriente, ex director del conjunto que
acompañaba a Silvio Rodríguez, Afrocuba, exiliado hace varios años.
Eddy, como le llamaban, había roto convincentemente con el comunismo,
odiaba a Castro y su primera causa fue la Microfracción. La nueva
databa de 1980, cuando él y Elizardo convinieron en presentar por su cuenta, en
la casa de un diplomático occidental en Miramar, una muestra del pintor Luis
Ruiz, abortada por el G-2, que los acuso de propaganda enemiga, muy raro, porque
ese delito lo tipifican como “espionaje” al servicio de
la CIA; por sus antecedentes, Eddy fue sentenciado a 8 anos, Elizardo a 4 y Luis a 2.
Durante casi todo 1983, Edmigio me contaba que una persona que él
deseaba que yo conociera, llegaría.
Tal vez porque yo tenía nivel cultural en letras
y se hizo mi amigo, deseaba que conociera a Ricardo Boffil (en la foto entre Adolfo Rivero y Oscar Peña), pero el
traslado de edificio lo impidió.
El día que llegó al Combinado, sería
agosto o septiembre, Andrés Solares Texeiro y José Antonio Sarraluqui Peña,
hermanos y amigos, así como Elier Díaz Otero, Daniel Cardo y Guillermo Quintero
Valdés, iguales en amistad y hermandad, me despedían rumbo al edificio # 1. A
Boffil lo vi de lejos, recostado a una pared exterior frente al oficial de
guardia. Yo no era disidente y combatí a Castro con propaganda pintada en
paredes y sabotaje.
Entonces Ricardo se dio a la tarea de crear dentro de la prisión un grupo de “activistas”
que apoyaran "su" trabajo de denuncias sobre la represión en presidio que Arnaldo
Ramos Llanis, Armando Valladares, Vargas Gómez…venían haciendo desde 1962 y su
primer nombre fue Centinelas de la Libertad, en coordinación con Luis Conte
Agüero y Humberto Medrano o Pedro Leyva, ya exiliados aquí.
Pero el movimiento disidente como tal data de 1976 e incluía a Arnaldo Escalona y
señora, a Edmigio, a Boffil, a Adolfo Rivero Caro o a Marta Frayde… todos ex
comunistas o ex castristas de confianza del propio tirano como la doctora en
Medicina Marta.
¿Hombres y mujeres cultos y preparados? Todos, que la
instrucción directa del mamotreto marxista le exige a su militancia la capacidad
necesaria para imponerse en la discusión bajo cualquier fuego y les prepara para
el lugar más importante en el ámbito proselitista: la docencia
académica.
En 1983 no se podía hablar de Primavera Negra, sino de
primavera, verano, otoño e invierno más negros que el mar que el petróleo
oscurece por el accidente de BP: en 1980, “la causa de guajiros de San Antonio de los Baños” por
alzamiento y sabotajes tuvo dos fusilados, los Toledo, tío y sobrino y 4 penas de
muerte conmutadas por 30: los hermanos Daniel, Jorge y Carlos Cardo, así como el
Gallego, varios más con entre 20-25; a los Cardo les habían fusilado al padre en
1961. Con Carlos experimentaron una bacteria para uso bélico en un pulmón y lo
perdió. A nadie le importó, hoy, ¿Cuántos lo saben?
En 1981 dos jóvenes, Abilio y Rodolfo, fueron fusilados porque sabotearon una guagua a la que le
quemaron parcialmente una goma trasera, parqueada, fuera de servicio y al aire
libre. Monto de los daños 185 pesos cubanos.
Ese año la causa conocida como Zapata, de Alfa 66, con 4 fusilados
y 4 penas de muerte durante 8 años conmutadas por 30, otros 10-15 con 30 y otro,
Cristino Linares, con 62…
Así era aquello a partir de 1980: al “calzoncillo” Guido Faraminan, apodado el Tío, lo
dejaron morir en 1983 al negarle oxigeno bajo una crisis asmática en el
hospital del Combinado y a Vega Vega, de la 2506, también; Lerroy, ex militar, casi vomitaba
los pulmones del cáncer que lo carcomía y al anciano Gabriel Soto Cuesta (83 años al momento de caer preso) lo
sancionaron a 9 años con cáncer en el esófago (murieron presos), igual que a Florencio
Pascual Rodríguez, de 72, a cinco con cáncer en el hígado. Ambos eran
matanceros.
Todavía en 1983 Ochoa mataba "negros Buenos" en África y Guillermo
Fariñas estaba de su lado en las Tropas Especiales en
cualquier lugar; a este individuo le hizo daño el gesto de la serpiente con su
huevo y se viro cuando fusilaron al general que algunos quieren convertir en mártir
anticastrista.
Hoy el héroe es él y suena más que su ídolo del grupo
criminal y represivo que Castro defenestró quién sabe la razón.
En 1983 Vladimiro Roca bombardeaba posiciones contrarias al castrocomunismo de Agostinho
Neto en Angola y Oscar Espinosa Chepe debe haber sido “un niño bien” de la
orbita “mayimbe”, los callos pisa’os no eran communes en la "oposición disidente", sino un abogado llamado
Abelardo, que trajeron directo de Alemania; o de Fernando Figueroa, que fue al
que se le ocurrió comprar barredoras de nieve en Corea; o, quizás, Enrique
Martínez Carrillo, que fusiló patriotas en La Cabaña a las ordenes de Che
Guevara a los 19 años, y, posiblemente, lo que hizo fue hablar sandeces,
trabajaba en Maquimport, Todos sancionados a 20 por espionaje.
Rafael Núñez Cuesta también fue condenado a 20 años en 1976 por espionaje, servia en Relaciones Exteriores y el ingeniero Joaquín López Sanz, a 20, creo que era del MINFAR, había estudiado aquí y
procedía de familia millonaria de Matanzas ligada al azúcar y a la química
industrial
Gustavo Arcos Bernes, Sebastián su hermano, ex vice-ministro
fidelista y Sebastiancito, su sobrino, vivian en una celda de 6
en la sección candados del primer piso del edificio 3 junto a un teniente o
capitán del MININT que lo sancionaron a 30 porque se iba por la frontera de Nicaragua con Costa
Rica con un par de obras de arte y joyas robadas.
Los Arcos Bernes estaban acusados de intento de salida ilegal, les traían a la matriarca a
las visitas en un Lada cada dos meses, no ajustadas al régimen del plan
de reeducación de 4 ó 6 según la sanción: hasta cuatro anos, o cinco y
más… asistieron al hospital durante la enfermedad de aquella y a todo el
velorio; además, tenían un ventilador y no recuerdo si una hornilla. Este
testimonio lo pueden apoyar 500 o 600 que están por aquí y, para mí, son
localizables.
Ese año también murió de forma extraña en la mesa de
operaciones, creo que por apendicitis, Mayito, el hijo de Mario Chanez de Armas:
no velorio, no entierro. Ni a Negrete, hermano de un pitcher de Pinar del Rio,
le permitieron ir al velorio de su madre, se hizo una huelga de hambre en La
Cabaña en solidaridad y apoyo.
Desde los 70’s Mazorra funcionaba a toda máquina para quienes habían sido dirigentes, según
Andrés Solares, lo único que les decían allí antes de internarlos en las salas-celdas
Castellanos y Carbo Serbia era: “Pero tu tienes que estar loco para estar en
contra de Fidel” y Solares llegó casi loco a la Cabaña por los electroshocks y la
convivencia con verdaderos y peligrosos dementes.
Desde 1980 era un abuso lo que hacían contra la valentía intransigente de los Calzoncillos que
trasladaron a la prisión en Boniato; llevado al cine, solo un filme de horror
aguantaría semejante argumento no apto para menores de 17…por eso están en la
historia de Cuba a la vanguardia de la única gloria que vale la pena: la
patriótica… Ya Arnaldo Ramos, Valladares y otros han ilustrado
semejante infierno en libros bien detallados.
En 1983 no, pero cuando soltaron a Boffil, ano y medio después; porque entraba y salía a la Sección de
Intereses con regularidad, la gente creyó que era capaz de lograr una visa de
salida y comenzaron a unírsele en el movimiento de Derechos Humanos y no me
consta, pero me lo contaron varios presos que lo sabían.
Así comenzó lo que después Castro alimentó y maneja como quiere y hasta
Nestor Baguer fue colocado como agente encubierto del G-2 entre estas personas,
un tipo que algunos creían que era filólogo de silla en sitial de altura en
la Academia de la Lengua en el Capitolio…
En 1983 no había ayuda para nadie que fuera catalogado como familia de un contrarrevolucionario preso ni del
exilio de ni de ningún lado, eso no se podía soñar ni participación en un show de primetime en Miami vía
telefónica desde algún lugar de Cuba incluyendo la prisión ni Damas de Blanco y que conste, todo se trató de
hacer antes, o se hizo: una queja por lo malo del pan, 5 años, Candelario
Iglesias; una frase como en “Cuba hay represión”, 8, Nicolás Riverón Fernández;
un libro de disidente en su casa y de su propiedad como la Gran Estafa o la
Noche quedó atrás, 9, ingeniero Eric Puig Figueroa; la pretensión de crear un
partido martiano sin tocar ni una sola puerta, 10, ingeniero Andrés Solares
Texeiro; una palabra confusa en una novela medio escrita 4, José Antonio
Zarraluqui Peña…y así.
Yo comparo lo que se está haciendo en los últimos
años con lo que nadie podía hacer antes de 1985, con el pitcher que tiene
molestias “A Castro no le lleva la bola hace rato, esta al bounce”
En 1983, por lo de Granada, Castro concentró al presidio común y lo comprometió con
“liquidar al contrarrevolucionario preso” y les prometieron armas de todos tipos
para que lo hicieran. Tenía miedo… ¿Cuándo no?
¡Ah! Pero, en 1983, Oscar
de León sacrificó sus ventas de discos en Miami y fue a Cuba a cantar gratis en el
Festival de Varadero… ¿Cuánto dejó de ganar por lo que dejó de vender?
Eso no valió la pena y el León me lo dijo una noche
en el restaurant Chico’s de Hialeah cuando, amistosamente le reproché “Mientras estabas en Varadero, más de mil hermanos míos y yo nos
pudríamos en diferentes prisiones del país…” y, realmente, sentí que su mirada
era avergonzada; pero lo que se convirtió en un bombazo fue cuando le dije que,
ese año, a finales, me cayó en las manos una revista Cuba Internacional, creo que
de un preso apodado Guarapo, con una entrevista a Silvio Rodríguez sobre la
actuación del venezolano.
En la interview, frustrado por la forma despiadada
como Oscar había maltratado a los conjuntos cubanos, que puso en ridículo
supremo con nuestra propia música; envilecido mas, si cabe, por la envidia y el
complejo de inferioridad que siempre ha padecido, solo atinó a decir que “fue un
error traer a ese tipo a estregarle a todo el pueblo revolucionario esas
chucherías de oro que le cuelgan al cuello”, referido a la tremenda cadena que
no sé si aún se pone el cantante…Bajo ninguna circunstancia fue capaz de
agradecer esa visita que, a Oscar de León, le costó la meca y la seca.
Esa conducta disfuncional extrema y baja del cantautor,
también la leí en 1983 en un Caimán Barbudo de 1984.
Pero Oscar se lo mereció, porque nadie en el mundo era ajeno a
lo que pasaba en Cuba y menos en Venezuela, con un amplio exilio cubano desde
los 60’s.
Aunque pasaran como que no escuchaban, siempre lo han sabido
todo y todo es todo...
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