Por Andrés Pascual
¿Se acuerdan de cómo Biden intentó “robar cámara” con “Bin Laden está muerto y GMC viva”? Así fue la apertura de su intervención en la Convención Demócrata, con un discurso tan opaco y “soso” como el de “su presidente”.
El tipo creyó que aquella frase haría el efecto del jonrón en el beisbol: la “bola se iba”, pero no contó con el fildeo de los “fundamentalistas liberados por la Revolución Islámica” ni con “lo otro”, “el chisme” que viaja por Internet a más velocidad que la luz…
Si las protestas en 10 países islámicos (en la foto Yemen), liberados por la Revolución que ideó, sufragó y apoyó “hasta la tabla” el grupo Obama, tienen conexión con ALQEDA y, según dicen, como reacción antiamericana por los acontecimientos del 9-11 del 2001 ¿Bajo qué condición moral se puede proponer como algo digno de crédito para justificar la re-elección de una administración que no tiene un adarme de dignidad en ningún resultado en 4 años, el ajusticiamiento de Bin Laden, posible gracias a la “logística heredada”, que debería tener cabida por encima de lo “otro” con que intentan engañar por intereses de grupo y en contra del país?
Una vez que el grupo terrorista está ahí con fuerza muy superior a hace 4 años y no solo las protestas recientes lo reafirman, sino el rosario mensual de complots para asesinar y sabotear de estas alimañas que informa HOMELAND SECURITY semanalmente, ¿Para qué sirvió que mataran al líder de la organización? Mejor, ¿Se puede considerar como una victoria esa muerte? Aunque siempre existe la milenaria clasificación para un tipo de victoria como esta, si cabe, “pírrica”, sin embargo, para mi ni eso, porque si no puede contenerse la violencia que genera, de nada sirvió la acción comando y el efecto, extraño por cierto, peor.
Bin Laden está vivo detrás de cada uno de esos asesinos que asaltan embajadas americanas y queman banderas, porque no se complementó el ajusticiamiento con otros colaterales obligatorios para liquidar el peligro, ahora, ¿Por qué no se hicieron? Bueno, tal vez porque aquello fue solo un golpe efectista de propaganda política personal, como la frase de Biden, a fin de cuentas, ALQEDA son una banda de piojosos con la que pretenden desviar la atención del verdadero problema, que es Irán.
Así que Bin Laden y su pandilla eran sacrificables, a fin de cuentas, nunca le simpatizaron a los Ayatollahs, ni el tipo ni la banda, por cuestiones de liderazgo fundamentalista, por lo que, posiblemente y a no dudarlo, con esa muerte le resolvieron un problema a la Persia antigua, que es el “socio” anti-israelí de verdadero alto voltaje del califa y eso es lo que cuenta.
Hay quienes dicen que las protestas que ocasionaron la muerte de 4 americanos son de absoluta responsabilidad de Obama, que las “trabajó” con esos países, eso es lo que se comenta en los pasillos de esta Fistiana política. Yo no lo dudo.
La forma escalonada y milimétricamente calculada como se han hecho, con organización y objetivo muy cercanos a lo perfecto para este tipo de acción, como la Revolución que lideró para tumbar gobiernos que no eran aliados, pero le aseguraban cierto equilibrio a Estados Unidos en la región, tienen la mano “peluda” de la Casi Blanca detrás y no hay Dios que me haga creer lo contrario, porque nadie hubiera podido tener éxito en el empeño, nadie que no fuera la Casi Blanca con Obama tras el colimador.
Los Estados Unidos, según Romney, “no tienen liderazgo con el radical al frente”, perdón señor, con todo su respeto, lo tienen, solo que el capitán dirige las divisiones del bando ENEMIGO y eso sí es un peligro.
Ah, muerta, lo que se dice anulada por la gestión federal interventora de rapiña, quien lo está es la GMC.
En proceso de confección debe estar alguna resolución que impida o limite al mínimo la libertad de expresión artística, con alguna ley o disposición contra materiales que aborden temas relacionados con el mundo musulmán, como resultante provocada que generará la imposición, con base en estos acontecimientos que, seguramente, preparó Obama al efecto.
A fin de cuentas, porque culpa a una película como la causante del problema, porque no acaba de condenar al fundamentalismo ni aparenta tener intención, se le puede juzgar sin tapujos como a uno de los generales, el más poderoso, del criminal ejército de la media luna.
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