domingo, 15 de diciembre de 2013

EL FRAUDE COLOSAL DE LA OCAMBA OMARA PORTUONDO



EL FRAUDE COLOSAL DE LA OCAMBA OMARA PORTUONDO


Posted by: Andrés Pascual
 Lo que se traen con la aplicación del calificativo “diva” a cualquier mortal comùn y corriente en lo artìstico es un verdadero relajo institucionalizado: naciò para separar lo suficiente de lo popular chabacano, que es casi toda la mùsica de hoy, sin mala intenciòn pero con seguridad y justicia, a las grandes figuras del “bel canto” y del ballet…
De un tiempo a esta parte, sin sonrojarse, sin asomo ni de vergüenza ni de arrepentimiento por el pecado trascendental; en medio de una condiciòn impìa que viola todas las reglas del buen gusto y del respeto por lo verdaderamente clàsico, le cuelgan el calificativo a cualquier exponente de la indecencia y el desenfreno a travès de la griterìa callejera “sin son ni ton”, que es la actualidad musical, orientada sobre todo a la juventud americana o hispana por intèrpretes de ambas lenguas, como nùmero identificativo de cualquiera de esos concursos que premian con la grabaciòn de un disco en el que la voz se asegura con exceso de tecnología moderna, una hamburguesa, cuatro pesos y “a otra cosa mariposa”.
Hace màs de un siglo que el excepcional lingüista del castellano Ramòn Menèndez Pidal estableciò patrones inviolables, de absoluto compromise, con el respeto al tèrmino por su esencia. Hoy deberìan meter preso a quien lo use como se acostumbra con respecto a ciertos personajes del “canto comprometido con el comunismo” y no tan “bel”, por respeto a la debida libertad de palabra propiamente hablando y por respeto a aquellos para quienes se utilizò con seriedad; porque, ¿Acaso caben en el mismo saco Marìa Callas, Monserrat Caballè y Omara Portuondo?
Por favor, diva significa divina y de esto la cubana solo tiene que maneja asuntos de las “divinidades africanas” a travès de la santerìa, tan popular hoy como decadente y satànica siempre, de total sumisión al règimen dictatorial de La Habana… ¿Què màs?
Ùltimo desprendimiento del cuarteto D’Aida dirigido por Aida Diestro, figura destacada en la organización de voces y directora y propietaria del afamado cuarteto, a Omara la influyò hasta ùltima hora, finales de los 60’s, la polìtica de la creadora del grupo con sus integrantes con tendencia a pisotearles sus autoestimas: “ustedes no son nadie sin mì”, bloqueo que rompiò Elena Burke a finales de los 50’s y en lo que tuvieron mucho que ver Guillermo y Rafael Alvarez Guedes, propietarios del sello disquero Gema; igual rumbo tomaron Haydee, hermana de Omara y Moraima Secada al dejar el cuarteto; pero la hija mayor del ex tercera base del Almendares, Bartolo, se creyò la màxima mal intencionada…hasta un dìa.
Cuando logrò dejar a la gorda Aida, Omara entendiò que major decisión que interpretar una canciòn de Silvio Rodríguez para impulsar su “carrera en solitario” no hallarìa; entonces cantò La Era esta Pariendo un Corazòn y ahí despegò, a veces con obras de interès del grupo del feeling que habìan sido èxitos por Lucho Gatica, Miguel D’Gonzalo, el propio cuarteto y Olga Guillot; otras, con la ayuda que represento la posteriormente creada Nueva Trova; o con la canciòn pèsima y comprometida con la tiranìa de “la mujer de Làzaro Peña”,  Tania Castellanos.
Hubo una divisiòn de autores entre Elena y Omara; mientras Pablo Milanès era exclusivo de la Señora Sentimiento, que tambièn podìa interpretar a Silvio cuando quisiera, aparentemente para Omara estaba cerrada la vìa que llevaba hasta Pablo, esto quizàs se debiò a que la mùsica del protegido artìstico de Jose Antonio Mèndez primero y polìtico de Fidel después, tenìa un fondo mas cubano que la de Silvio y màs accessible sus letras para el pùblico, detalle que no obviaba Elena, verdadera estrella de cabaret y mucho mejor que Omara.
Elena Burke fue la ùnica cantante que interpretò una de las primeras obras “controversiales” de Silvio: “Un buen dìa quizàs”, algo que nunca hizo Omara; o que, tal vez, no pudo hacer con ningùn compositor protesta de la època, por lo que quedò solo para estrenar lo que se pueden considerar lemas que canciones de importancia, al estilo Angela Davis de principios de los 70’s.
En medio de la insuficiencia mediàtica de hoy, alguien del Nuevo Herald la llama “la diva del Buena Vista Social Club” y varios otras la diva a secas… ¿Habrase visto algo igual?
Omara Portuondo tiene 80 años (naciò en 1930). En medio de la decadencia y la pèrdida del interès de los gèneros que canta, bolero y bailables cubanos como guaracha, cha-cha-cha…en medio del estancamiento del comercial “salsa”, ¿Còmo es posible que se le quiera colocar en amplia demanda popular sobre todo entre jóvenes? Marisol, Karina, Salomè, Petula Clark, Sandie Shaw, Marilin McCoo, Gladis Knight…mucho màs jóvenes y mejor conectadas a los ritmos de hoy que Omara, no alcanzan el grado de popularidad que dicen que tiene esta anciana; luego, ¿Quièn ha creado y con cuànto capital ese rating embustero para Omara Portuondo?
Alguièn està detrás de eso con dos objetivos: dinero y proselitismo, lo peligroso es que quienes dirigen los Grammys latinos la tienen, sin haberla conocido nunca nadie como una verdadera estelar de la competencia en la Cuba competitiva y menos esos personajes, en niveles superiores a Olga Guillot y a la propia Elena Burke en supuesta demanda, importancia musical y trascendencia.
Hace unos meses en Cuba, ùtil por lo de la escasez de papel sanitario, un tal Omar Aranas publicó su biografìa, de la que se hizo el lanzamiento con la participación de la cantante. ¿La conclusión de la actividad? “Gracias a la vida”, de Violeta Parra por la propia Omara a capella…
El tìtulo del libro no es una exageración si se toma en cuenta que al tirano lo han clasificado casi todos los mandatarios del mundo como uno de los “lìderes màs preocupados por su pueblo y por el resto del mundo pobre actual”; con “Omara, Los Angeles tambièn Cantan”, concluyò el folletìn del momento con argumento de guataquerìa criolla en el Infierno antillano.

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