domingo, 15 de diciembre de 2013

ENANISMO POLÍTICO Y ANTIAMERICANISMO VICIOSO



ENANISMO POLÍTICO Y ANTIAMERICANISMO VICIOSO


ENANISMO POLÍTICO Y ANTIAMERICANISMO VICIOSO
Por Andrés Pascual (tomado de Nuevo Acción)

El punto de coincidencia de estos tiranos de nueva edición con el moribundo de la Mayor de las Antillas, siempre será la envidia y el complejo de inferioridad hacia el orden social establecido sobre bases de economía capitalista. Estos aspectos enfermaron tanto a Castro que era capaz de comparar constantemente una sarta de mentiras y de números inflados en espiral, convertidos en "logros de la Revolución", con los resultados en todos los campos de Estados Unidos, en vez de hacerlo con Haití, Nicaragua... países que, viéndolo bien, acaso superaban al régimen cubano en algunos aspectos socio-político-económicos.
El tirano cubano no comparaba su índice de mortalidad infantil ni sus resultados exageradamente inflados en materia educacional ni la cantidad de calorías consumidas por persona en Cuba, con las naciones que,  acaso por su atraso, ni pertenezcan al Tercer Mundo;  no, Castro, porque era su propia autocomparación con los primeros mandatarios de Estados Unidos, comparaba su gestión de total destrucción en la Isla con esta gente. El antiamericanismo del tirano cubano no le abría espacios al juicio sensato ni a la perspectiva de escapar al ridículo con semejante actitud.
SÍ, Castro ha sido un individuo con facilidad para hacer el ridículo, componente de su personalidad que le multiplicó la peligrosidad social.
Desde que se apoderó de Cuba, la adulación dentro de la Isla, la sumisión voluntaria y el oportunismo de la población con ribetes de enfermedad, le permitieron mantenerse en esa posición durante toda su larga vida de dictador asesino.
Pero el pueblo cubano también ha tenido aliados ajenos a la nacionalidad en la configuración de este mequetrefe devenido, por obra y gracia de la izquierda europea y americana, "genio político" y son las fuerzas antiamericanas, tanto desde dentro de este país como fuera de él; porque hay un problema a la hora de clasificar a Castro como un superdotado intelectual en el capitulo de política exterior y es que este espécimen jamás ha podido hacer algo en Cuba y por Cuba que demuestre su genialidad en el orden positivo.
Además, nadie sabe cuál ha sido la razón por la que el déspota ha durado tanto tiempo en el traspatio americano en función de aparente enemigo de este país, sin dudas, secreto bien guardado por ambas partes que, quizás, un día se ssepa.
Así, después de la pesadilla de "el hombre nuevo" y de una sociedad igualitaria -en la que unos son más iguales que otros-, lo que se aprecia es un país destruido material y moralmente, donde los descendientes de aquellos a los que se les prometió un futuro de vida ejemplar no quieren quedarse a construir una sinrazón más utópica e irreal que El Dorado de la Historia.
¿De cuánto tiempo real constaba "el futuro" que Castro le prometió al pueblo cubano durante 1959, 60, 61...? Y el tiempo pasó y tanto que su régimen esclavista casi dura lo que la Republica, continuó y la población nacional, a pesar del miedo que siente por la pérdida de su vida miserable, atrapada en la idea de que les quiten una casa que Castro se robó y les entregó en usufructo gratuito en apariencias; a pesar de que ve los hospitales sin medicinas ni higiene que Castro no hizo; a pesar de una playa nombrada Varadero que durante mas de 40 años le estuvo vedado disfrutar a plenitud. También sabe que se acabó el tiempo de promesas a la posibilidad de salida de su misérrima vida. Eso todo el mundo lo sabe en Cuba, pero los miedos a las respuestas obligatorias que encierra el futuro sin el castrocomunismo superan toda posibilidad de cambio real, no en la estructura económica solamente; sino de la perspectiva socio-política de la población de manera individual.
Hoy Castro tiene sus seguidores engendrados en su propia personalidad: Hugo Chávez es un ridículo tan peligroso como Castro porque posee lo que le faltó al sátrapa antillano, riqueza económica con base en el petróleo y, como Castro, su intención es imponer su personalidad en niveles de importancia internacional y en detrimento de su pueblo, sin tener en cuenta que fue elegido presidente democráticamente.
Claro, para este tipo de especímenes, el bienestar de sus pueblos no es punto de discusión en sus agendas; de hecho no existe, porque, a través de la historia, el interés por el avance de sus países en el orden socio-económico no dan ni la fama ni proyectan como el líder regional con proyección mundial que necesitan para alimentar sus egos, entonces forman parte de aquella expresión de Martí dirigida a Gómez que reza: "...Un pueblo no se funda General, como se manda un campamento militar...", por lo que siempre necesitarán de la confrontación que desvíe la atención de la catástrofe que producen dentro de los países que mal dirigen como dictadores y tiranos, como consecuencia de sus errores y estupideces en la gestión de gobierno.
¿Qué mejor enemigo fantasmal que los Estados Unidos? En América Latina casi todo el mundo es antiamericano y muchas veces ni saben la razón, es una enfermedad gratuitamente adquirida ser antiamericano
 Parece que para el hispanoamericano promedio quien no sea antiamericano ni tiene razón ni vale la pena; pero, parejo con este sentimiento, marchan esas poblaciones con un solo blanco fijo: emigrar hacia acá y, una vez aquí, además de mantener su odio hacia Estados Unidos, inician un movimiento de exigencias equivocadas en cuanto a beneficios de inmigración. A fin de cuentas, todas esas poblaciones se comportan como "brujos" en este concierto de culto satánico antiamericano.
Y de pronto, peligrosamente, algunas "personalidades ¿norteamericanas?" de la campaña presidencial de este año, como Hussein Obama, pretendiendo imponerle a la opinión pública estadounidense la idea de que el traspatio del país no es un peligro para su estabilidad a través de febriles y mal intencionadas posiciones de "conversaciones" con los gobiernos de los Castro o de Chávez.
¿Cuál es la razón de este principio equivocado sino el antiamericanismo intrínseco de la parte poblacional de aquí, conducida y manipulada por los lideres demácratas y los "liberales" con el apoyo de la Media nacional? Los Estados Unidos de hoy no tienen aliados fieles en este continente.
 Acaso por fallos en su fidelidad hacia quienes han sido sus únicos aliados en el campo ideológico en la zona, como que defraudan, sin cortapisas, es el verdadero exilio cubano y la parte salvable políticamente dentro de Cuba, el único aliado que tiene esta nación en toda América Latina: por muchísimas circunstancias, nosotros somos ajenos a la llamada "hermandad latinoamericana", somos cubanos y punto y sabemos mejor que nadie por estos lares que esos ridículos seguidores del sátrapa antillano son una continuación de su letal gestión de gobierno en todos los sectores; pero con preferencia en el capitulo antiamericanismo, por lo tanto, hace rato que vislumbramos el futuro de desgracia que se cierne sobre los países que desgobiernan, que han resultado un insulto a la inteligencia cuando colocaron en la proa de sus naves a través del voto democrático a esos asesinos y esclavistas que se apoderaron del hálito nacional hispanoamericano.
Los recientes acontecimientos entre Colombia, Venezuela y Ecuador nos dan la razón en cuanto a que, si Estados Unidos no toma partido rápido y eficiente para resolver de raíz la conversión a comunista de la región, se puede decir que la posibilidad de una guerra regional de magnitud incalculable se hará obligatoria en poco tiempo.
Sin embargo, la posibilidad de que en este país gane la presidencia un demócrata, quien sea, le abre la puertas a la reacción castrocomunista de nueva edición para llevar a cabo sin problemas mayores sus nefastos planes.
La única posibilidad de aceptación de la apatía de Estados Unidos ante el problema latinoamericano de estos tiempos, sería porque a este país le interesan esos gobiernos en el poder -el caso Castro ha sido, hasta hoy, una extraña nebulosa en las relaciones de política internacional de Estados Unidos-, por más que  no se quiera, hay que darle crédito a semejante imbecilidad, que digo, a semejante y fatal traición...
EDICIÓN DEL VIERNES 16 DE MAYO, 2008
 

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